CLASE 186. ACAB Y LA VIÑA DE NABOT

Basada en 1 Reyes 21

Buen día hermanos, en esta clase continuaremos hablando de los hechos de Acab; la biblia nos cuenta como por el deseo de tener una viña que no era suya se enoja y entristece, y su mujer Jezabel, perversamente manda a matar a Nabot dueño de la viña para que Acab se quedara con esta. Los puntos y actividades para la clase son las siguientes:

* NOTA: La historia presentada a continuación se encuentra basada y sustentada en la biblia versión Reina Valera 1960, algunos textos están escritos tal y como se encuentra en ella; otros, en lo que respecta a su narración, fueron adaptados para la compresión de los niños, teniendo cuidado de no introducir encubiertamente herejías destructoras, como lo dice en 2 Pedro 2:1 "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina."

Había un hombre llamado Nabot que tenía una viña que había heredado de sus padres, se encontraba al lado del palacio del rey Acab. 1 Reyes 21:1
Acab tenía el deseo de poseer la viña de Nabot, y fue y habló con él diciendo: Dame tu viña para hacer huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por otra viña mejor que esta; o si quieres dinero. Y Nabot respondió: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres. Y Acab se fue a su casa triste y enojado, por las palabras de Nabot y se acostó en su cama, y no comió. 1 Reyes 21:2-4
Llegando su mujer Jezabel, le dijo: ¿Por qué estás tan triste y no has comido? Él respondió: Porque Nabot no ha querido venderme su viña. Entonces su mujer le dijo: ¿Acaso no eres tú rey de Israel? Levántate, y come y alégrate; porque yo te daré la viña. 1 Reyes 21:5-7
Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales de la ciudad con Nabot. Y las cartas que escribió decían: Proclamen ayuno, y pongan a Nabot delante del pueblo; pongan a dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él y digan que Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y así lo sacarán y lo apedrearán hasta que muera. Y los ancianos hicieron como Jezabel les mandó, y así fue como Nabot fue muerto. 1 Reyes 21:8-13
Enviaron a decir a Jezabel que se había cumplido lo que había dicho acerca de Nabot. Y ella le dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot, que no te la quiso dar por dinero, porque ha muerto. Y oyendo Acab fue a la viña para tomarla. 1 Reyes 21:14-16
Entonces vino palabra de Jehová a Elías, diciendo: Levántate, y ve a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; él está en la viña de Nabot, la cual ha ido a tomar posesión de ella. Y le dirá: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y has despojado? En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? Él respondió: Así es, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová. He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel. Y pondré tu casa como la casa de Jeroboam, y como la casa de Baasa, por la rebelión con que me provocaste a ira, y con que has hecho pecar a Israel. Y a Jezabel los perros la comerán en el muro de Jezreel. 1 Reyes 21:17-23
Ningún rey fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová, porque su mujer lo incitaba, fue abominable, siguiendo a ídolos, como lo hacían los amorreos, los cuales Jehová había quitado de delante de los hijos de Israel. 1 Reyes 21:4-26
Al escucharlo Acab rompió sus vestidos, se puso cilicio, ayunó, y estuvo humillado. Y vino palabra de Jehová a Elías, diciendo: ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Como hizo esto, no traeré el mal en sus días; sino en los días de su hijo pasarán todas estas cosas. 1 Reyes 21:27-29

ENSEÑANZA

Debemos tener contentamiento con lo que tenemos, y no desear lo que tiene nuestro prójimo.
No nos dejemos mal influenciar por las personas.
No mintamos acerca de otras personas para que nosotros quedemos bien.
Dios ve todo, y si le hacemos mal a alguien Dios lo sabe y recibiremos un castigo por nuestras malas acciones.
Si nos humillamos y le pedimos perdón a Dios de corazón, él en su misericordia nos perdona.
No hagamos berrinche cuando no obtenemos lo que queremos.