Basada en 1 Reyes 20
Hola hermanos, en esta clase veremos la misericordia de Dios para con el pueblo de Israel, mostrándoles que él es quien les daba la victoria aún cuando los rodearan reyes muy poderosos. Los puntos y actividades para la clase son las siguientes:
* NOTA: La historia presentada a continuación se encuentra basada y sustentada en la biblia versión Reina Valera 1960, algunos textos están escritos tal y como se encuentra en ella; otros, en lo que respecta a su narración, fueron adaptados para la compresión de los niños, teniendo cuidado de no introducir encubiertamente herejías destructoras, como lo dice en 2 Pedro 2:1 "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina."
Entonces Ben-adad rey de Siria juntó a todo su ejército, y envió mensajeros a la ciudad a Acab rey de Israel, diciendo: Tu plata y tu oro son míos, y tus mujeres y tus hijos son míos. Y Acab respondió: Como tú dices, rey señor mío, que yo y todo lo que tengo son tuyos. 1 Reyes 20:1-4
Y volvió enviar Ben-adad a sus mensajeros y le dieron: Mañana enviaré a mis siervos, para que tomen todo lo precioso que tienes. Entonces el rey de Israel llamó a todos los ancianos del país, y les dijo: Miren cómo este hombre no busca hacer mal; pues ha enviado a mí por mis mujeres y mis hijos, y por plata y por oro, y no se lo he negado. Pero los ancianos y todo el pueblo le respondieron: No obedezcas, ni hagas lo que te pide. Entonces Acab respondió a los embajadores de Ben-adad: Digan al rey que haré todo lo que mandó al principio, mas esto no lo puedo hacer. Y se fueron, y dieron la respuesta. 1 Reyes 20:6-9
Y Ben-adad nuevamente le envió a decir: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, que ni siquiera el polvo de Samaria es tanto como todo el pueblo que me sigue. Y Acab respondió: Díganle que no se alabe. Y al escucharlo, el rey dijo que fueran a atacar. 1 Reyes 20:10-12
Y llegó un profeta a Acab, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿Has visto esta gran multitud? He aquí yo te la entregaré hoy en tu mano, para que conozcas que yo soy Jehová. Y dijo Acab: ¿Por mano de quién? Él dijo: Así ha dicho Jehová: Por mano de los siervos de los príncipes de las provincias. Y preguntó Acab: ¿Quién comenzará la batalla? Y él respondió: Tú. Entonces él pasó lista a los siervos de los príncipes, y a todo el pueblo, y fueron siete mil. 1 Reyes 20:13-15
Y salieron a mediodía. Y estaba Ben-adad emborrachándose en las tiendas con los reyes, que habían llegado a ayudarle. Y salieron primero los siervos de los príncipes de las provincias y le avisaron a Ben-adad que habían salido hombres de Samaria. Él entonces dijo: Si han salido por paz, tómenlos vivos; y si han salido para pelear, también. Salieron, pues, de la ciudad los siervos de los príncipes, y en pos de ellos el ejército. Y mataron a los que venía contra ellos; y huyeron los sirios, y el pueblo Israel los perseguía. Y Ben-adad, se escapó y el rey de Israel, deshizo a los sirios causando gran estrago. 1 Reyes 20:16-21
Vino luego el profeta al rey de Israel y le dijo: Ve, fortalécete, y mira lo que hagas; porque pasado un año, el rey de Siria vendrá contra ti. Y los siervos del rey de Siria le dijeron: Sus dioses son dioses de los montes, por eso nos han vencido; mas si peleamos con ellos en la llanura, si les ganaremos. Hagan así: Saquen a los reyes de su puesto, y pongan capitanes en su lugar y formen gran ejército y esta vez los venceremos. 1 Reyes 20:22-25
Pasado un año, Ben-adad vino a luchar contra Israel. El pueblo de Israel fue al encuentro y vino el varón de Dios al rey de Israel, y le dijo: Así dijo Jehová: Por cuanto los sirios han dicho: Jehová es Dios de los montes, y no de los valles, yo entregaré toda esta gran multitud en tu mano, para que conozcan que yo soy Jehová. 1 Reyes 20:26-28
Siete días estuvieron acampando uno frente a otro, y al séptimo día comenzó la batalla; y los de Israel mataron de los sirios cien mil hombres. Los demás huyeron y un muro cayó sobre veintisiete mil hombres que habían quedado. También Ben-adad vino huyendo a la ciudad, y se escondía. 1 Reyes 20:29-30
Y vinieron sus siervos y le dijeron: Hemos oído que los reyes de Israel, que son reyes clementes; pongamos cilicio en nuestras espaldas, y sogas en nuestros cuellos, y salgamos al rey de Israel, a ver si nos perdona la vida. Y así lo hicieron, y fueron a Acab y le dijeron: Tu siervo Ben-adad dice: Te ruego que viva mi alma. Y él respondió: Si él vive aún, mi hermano es. 1 Reyes 20:31-32
Ellos tomaron estas palabras como buena señal, y dijeron: Tu hermano Ben-adad vive. Y él dijo que lo trajeran. Al presentarse Ben-adad ante Acab lo subió a su carro y le dijo: Las ciudades que mi padre quitó al tuyo, yo las restituiré. Y yo, dijo Acab, te dejaré partir con este pacto. Y así lo hicieron. 1 Reyes 20:33-34
Entonces un varón de los hijos de los profetas dijo a su compañero por palabra de Dios: Golpéame ahora. Mas el otro no quiso herirle. Y le dijo: Por cuanto no obedeciste la palabra de Jehová, cuando te apartes de mí, te herirá un león. Y cuando se fue, le encontró un león, y le mató. Luego se encontró con otro hombre, y le dijo: Golpéame ahora y este lo hizo. Y el profeta se fue, y se puso delante del rey en el camino, y se disfrazó, poniéndose una venda sobre los ojos. Y cuando el rey pasaba, él le gritó al rey: Tu siervo salió en medio de la batalla; y un soldado me dio a un hombre para que lo guardara y me dijo: Si este hombre huye, pagarás con tu vida o un talento de plata. Y mientras yo estaba ocupado el hombre desapareció. El rey le dijo: Esa será tu sentencia; tú la has pronunciado. Pero él se quitó la venda y el rey vio que era uno de los profetas. Y le dijo: Así ha dicho Jehová: Por cuanto soltaste al hombre de mi anatema, tu vida será por la suya, y tu pueblo por el suyo. Y el rey de Israel se fue triste y enojado, y llegó a Samaria. 1 Reyes 20:35-43
ENSEÑANZA
Debemos tener el celo de Jehová y no permitir que su nombre sea insultado.
No juntarnos con personas que insultan o hacen bromas de nuestro Dios.
No tengamos temor de aquellos que nos quieren hacer daño, sino confiemos en el poder de Dios
Dios es quien nos da la victoria, aunque seamos débiles.
VERSÍCULO
“Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.” Isaías 40:29 RVR 1960
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ACTIVIDAD
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MANUALIDAD
1. Adorno de soldado de Israel.
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