Basada en 2 Reyes 8
Buen día hermanos, en esta clase aprenderemos como Dios premia la fidelidad y el apoyo que se le da a sus siervos, como lo hizo con la sunamita que hizo un aposento para Eliseo. Los puntos y actividades para la clase son las siguientes:
* NOTA: La historia presentada a continuación se encuentra basada y sustentada en la biblia versión Reina Valera 1960, algunos textos están escritos tal y como se encuentra en ella; otros, en lo que respecta a su narración, fueron adaptados para la compresión de los niños, teniendo cuidado de no introducir encubiertamente herejías destructoras, como lo dice en 2 Pedro 2:1 "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina."
Habló Eliseo con la sunamita, la mujer que había construido un aposento para Eliseo siervo de Dios, a quien también él había resucitado a su hijo, y le dijo: Vete tú y toda tu casa a vivir donde puedas; porque Jehová ha traído hambre a esta tierra, la cual vendrá sobre la tierra por siete años. Entonces la sunamita se levantó, y se fue obedeciendo al siervo de Dios, y vivió en tierra de los filisteos siete años. 2 Reyes 8:1-2
Pasado los siete años, la mujer regresó para implorar al rey por su casa y por sus tierras. 2 Reyes 8:3
Y había el rey hablado con Giezi, criado de Eliseo, para que le contara todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Y le contaba como este varón de Dios, había hecho vivir a un muerto, y la mujer cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntó el rey a la mujer como había pasado todo. Entonces el rey ordenó a un oficial, diciendo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora. 2 Reyes 8:4-6
ENSEÑANZA
Si apoyamos a los siervos de Dios, Dios nos recompensa grandemente.
Dios provee aun en los tiempos difíciles.
Debemos de obedecer la voz de Dios (la sunamita obedeció cuando por medio de Eliseo, Dios le dijo que se fuera a vivir a otra tierra por la escasez).
Dios nos permite hallar gracia delante de las personas.
VERSÍCULO
"El que recibe a un profeta por cuanto es profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo por cuanto es justo, recompensa de justo recibirá." Mateo 10:41 RVR 1960
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ACTIVIDAD
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MANUALIDAD
Hambre en la tierra.
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