Basada en 2 Reyes 18:9-37
Hola hermanos, en la clase de hoy seguiremos hablando del reinado de Ezequías, de manera particular, cuando Senaquerib quería invader a Judá, mandando a su ejército para espantar al pueblo de Dios, y decirles que Jehová Dios de Israel no los podía librar. Los puntos y actividades para la clase son las siguientes:
* NOTA: La historia presentada a continuación se encuentra basada y sustentada en la biblia versión Reina Valera 1960, algunos textos están escritos tal y como se encuentra en ella; otros, en lo que respecta a su narración, fueron adaptados para la compresión de los niños, teniendo cuidado de no introducir encubiertamente herejías destructoras, como lo dice en 2 Pedro 2:1 "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina."
En el reinado de Ezequías, vino Salmanasar rey de los asirios contra Samaria, y la tomó, después de 3 años. Y el rey de Asiria llevó cautivo a Israel a Asiria, porque no habían escuchado a la voz de Jehová, ni todas las cosas que Moisés siervo de Jehová había mandado. 2 Reyes 18:9-12
A los catorce años del rey Ezequías, tomó Senaquerib rey de Asiria las ciudades fortificadas de Judá. Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria: Yo he pecado; haré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria pidió a Ezequías trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro. 2 Reyes 18:13-14
Dio, por tanto, Ezequías toda la plata estaba en la casa de Jehová, y en los tesoros de la casa real. Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de Jehová y se lo dio al rey de Asiria. Pasado el tiempo el rey de Asiria envió contra el rey Ezequías al Tartán (comandante), al Rabsaris (jefe de oficiales) y al Rabsaces (jefe), con un gran ejército, y subieron a Jerusalén. Y llamaron al rey, y salió a a recibirles Eliaquim mayordomo, y Sebna escriba, y Joa canciller. Y les dijo el Rabsaces (jefe): Digan a Ezequías: Así dice el gran rey de Asiria: ¿Qué confianza es esta en que te apoyas? Tú dices: Consejo tengo y fuerzas para la guerra. Mas ¿en qué confías, que te has rebelado contra mí? Tú confías en este báculo, llamado Egipto, pero si tú te apoyas en él te traspasará la mano. Y si me decís: Nosotros confiamos en Jehová nuestro Dios, ¿no es este aquel cuyos lugares altos y altares has quitado? 2 Reyes 18:15-22
Ahora, te pido que des rehenes al rey de Asiria, ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, aunque estés confiado en Egipto? ¿Acaso he venido yo ahora sin Jehová a este lugar, para destruirlo? Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela. 2 Reyes 18:23-25
Entonces dijo Eliaquim al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no hables con nosotros en lengua de Judá para que no escuche el pueblo. Y el Rabsaces les dijo: Mi señor me ha enviado para decirle a todo el pueblo y no solo a ti y a tu rey. 2 Reyes 18:26-27
Entonces el Rabsaces se puso en pie y clamó a gran voz en lengua de Judá, y habló diciendo: Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria. Así ha dicho: No los engañe Ezequías, porque nadie podrá librarlos de mi mano. Y no los haga Ezequías confiar en Jehová. No lo escuchen, sírvanme a mí y yo los daré paz y les daré para sus alimentos, y así podrán vivir y no morir. Les digo otra vez: No oigan a Ezequías, porque los engaña cuando dice: Jehová nos librará. 2 Reyes 18:28-32
¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim, de Hena, y de Iva? ¿Pudieron estos librar a Samaria de mi mano? ¿Qué dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén? Pero el pueblo calló, y no le respondió palabra; porque así lo había mandado el rey. Entonces Eliaquim, Sebna y Joa, vinieron a Ezequías, rasgados sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces. 2 Reyes 18:33-37
ENSEÑANZA
Si nos alejamos de Dios y no escuchamos su palabra, Dios no puede protegernos de nuestros enemigos.
Confiemos en Dios, aunque haya personas que busquen infundirnos temor.
Confiemos en Dios, aunque las circunstancias sea difíciles.
Recordemos que servimos al único Dios verdadero y contra él no hay nadie.
VERSÍCULO
"Él solamente es mi roca y mi salvación; es mi refugio, no resbalaré mucho." Salmo 62:2 RVR 1960
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ACTIVIDAD
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MANUALIDAD
Colgante, persona escodida.
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